domingo, 28 de noviembre de 2010

CAMINOS

Soy fantástica e inusual poco casual, vivo de aquí para allá haciendo travesuras para espantar, no soy alma en pena ni una pequeña infernal, no es algo normal pero una duende sonriente es lo que me define, paso por las casas corro por los campos pellizcando vacas atemorizando cagados, entro a cualquier lugar muevo una que otra cosa y en la noche me rio solo para molestar, ver sus caras de desconcierto, unos tiemblan otros rezan pocos me buscan nadie me encuentra, niños buenos niños malos a todos los espanto pues el miedo se despierta por igual. Aun que me les pare en frente nunca notan mi presencia, mofa en la cara y ni se percatan, soy diurna pero la noche es mi favorita así que prefiero pasar de largo metiendo sustos a borrachos e indigentes mientras en el día descanso lejos del agobio rutinario humano.

Así es soy yo la que hace zancadilla en los caminos, la que te hala el pie en las noches quien te despierta con los pelos en punta, quien te hace invocar a Jesús a quien el cura parroquial quiere exorcizar y aun que ese pendejo tampoco me ve ese aceitico marica me deja baboso el cabello, pero bueno yo solo me rio de su fe, ellos tratan y eso me encanta, charlatanes todos son iguales curas o chamanes no saben más que timar, y yo muy contenta la sotana empiezo a halar cuando el juego me empieza a aburrir abandono el lugar y los muy arrogantes se las creen que me han vencido, pero bueno así es la gente de lo que no saben inventan, sus mentiras siempre están a su favor, héroes y creyentes sus ideales son el centro de su egoísmo.

Subo y bajo nunca sé donde estoy para mí el tiempo es eterno, solo noto el cambio del sol a la luna las temporadas cambian pero yo sigo igual, ya no recuerdo cuando o como empecé no tengo un propósito una razón, una que otra vez me pierdo en mi existir se me olvida que hago, que soy lo que me hace feliz, no hay razón si todo es eterno, puedo perder tiempo dormir por años correr por días, soy solo un mito una leyenda urbana, pocas veces voy a la ciudad el ruido la gente el malestar de la infección humana en ese lugar me pone de mal humor, y como soy sonriente prefiero irme al campo a las montañas, encontrarme con algunos soldaditos y morder sus cuellos tirarles las botas despertarlos con miedo para que aprendan que ellos solo tienen una vida y que en este mundo pasan miles de cosas que nunca sabrán, que no sean tarados que no duerman que no mueran por una patria boba que vivan al máximo que disfruten de los placeres, que mas luego se arrepienten, pero bueno yo sigo de aquí para allá buscando un rumbo trazando mis caminos, no miro atrás solo quiero más.

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